Por: Emilio Velez Quintero
Las 5 am, el oleaje es suave y apenas se escucha, el calor del sol ya viene, sube despacio, hay suficiente viento enviando la humedad ha escalar la Sierra Madre Oriental, así sube y más se junta hasta convertirse en espesa niebla que choca por ahí de los 1,000, hasta los 1,800
msnm, dando vida a uno de los ecosistemas más originales, frágiles y con su propia personalidad al tener un microclima.
El Bosque de Niebla, amurallado por los volcanes, es cuna del comercio de especias desde el siglo XVI, en especial uno, que hoy día es la segunda bebida más tomada en el mundo, el Café; siendo el reto de hoy rescatar variedades de calidad, con buenos manejos de finca para que el Café sea bien valorizado, ya que tiene mucho más que aportar, el café es sabores, aromas, cuerpo, acidez tal y como una copa de un gran vino, es una bebida de degustación.
La calidad del café se logra en estos suelos después de un buen cultivo, de una buena cosecha de granos maduros, beneficios húmedo con aguas limpias, seco igualmente limpio y pasar a una de las partes más delicadas y técnicas del arte del buen café, la selección de granos, el tostado y concluir con la magia del último paso, el Barista, quién encontrará las notas sensoriales agradables, la acidez correcta y el buen cuerpo al café.
El Café, podrá mejorar enormemente tratándolo así en su cultivo e impulsar la economía de los productores y como consecuencia positiva cuidar este ecosistema donde se desarrolla uno de los mejores cafés del mundo, el Bosque de Niebla veracruzano.
El café une, el café nutre pláticas e ideas, provoca emprendedores, el café es la magia que motiva el día a día, desde un gran espresso, capuccino, o americano, que dan sabor y aromas al momento que lo bebes y otros más, que cada día crean y degustan los integrantes de la cadena productiva del Café.
emiliovelez@imperialdivers.com
